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miércoles, 27 de abril de 2022

EL ENTRENAMIENTO DE MAS OYAMA. 🥋


 Hay muchos mitos sobre el entrenamiento de Mas Oyama, el fundador del Karate Kyokushin, que es considerado como uno de los estilos de Karate más duros del mundo. 

Aparte de su gran trayectoria como artista marcial, su arduo entrenamiento lo llevó a convertirse en un ejemplo de perseverancia y referente en cuanto a potencia y fuerza en combate. Mas Oyama era capaz de derrotar a sus oponentes con un solo golpe, y eso que durante su vida enfrentó a exponentes de diversas artes marciales.

Pero regresando a su entrenamiento, Mas Oyama pasó por varias etapas, ya que entrenó el Karate de forma tradicional y luego comenzó a experimentar técnicamente para después crear su propio estilo. 

Desde muy joven, Oyama se destacó por su gran fuerza física que luego con el entrenamiento desarrolló aún más. Pero gracias a su técnica fue como logró generar una gran potencia en sus golpes, tanto de puños como patadas. 

Debemos recordar que sus inicios fueron en el Judo y Boxeo (en Japón), ya que en Corea del Sur donde nació ya entrenaba algunas técnicas marciales de artes de guerra tradicionales. 

Pero fue en el año 1946 cuando comenzó la etapa más dura del entrenamiento de Oyama, ya que decidió trasladarse al monte Kiyosumi en Chiba para aislarse por completo y llevar su Karate a otro nivel.

Con la ayuda de un gran amigo llamado Kayama que le enviaba comida todos los meses, Oyama estaba totalmente concentrado en su entrenamiento.

Su dedicación era tal que entrenaba 12 horas al día, todos los días y soportando los constantes cambios del clima, viviendo como un ermitaño. 

Para su entrenamiento físico, Oyama usaba los árboles como makiwara, entrenando sus puños y manos hasta no soportar el dolor. También entrenó sus patadas y endureció su cuerpo a tal punto de insensibilizarlo. 

Mas Oyama llegó a probar su potencia rompiendo piedras con sus manos, además practicaba sus saltos y patadas superando obstáculos de la propia naturaleza como saltar sobre arbustos y rocas de gran tamaño. 

Aparte del entrenamiento físico, Oyama meditaba debajo de las cascadas frías lo que lo ayudaba a sanar su cuerpo y controlar su mente. También debía soportar la soledad y mentalizarse solamente en su entrenamiento. 

Esta etapa de la vida de Mas Oyama fue fundamental para su estilo de Karate, desarrolló una fuerza física y espiritual que lo llevó a otro nivel dentro de las artes marciales. Pero ahora llegaría el momento de probar si su entrenamiento era efectivo, por eso en 1950 comenzó a enfrentarse a toro y comprobar que su fuerza y potencia eran sobrehumanas. 

El Maestro Oyama enfrentó a 52 toros en total, le cortó los cuernos a 49 con su golpe de mano abierta (shuto) y mató a tres rápidamente.

Años después Mas Oyama ya era conocido como el hombre más fuerte del mundo, era desafiado y aceptaba siempre, la mayoría de los combates terminaban en segundos y era conocido por sus victorias con un solo golpe, lo que le valió el apodo de God Hand (mano de Dios) ya que la mayoría de sus peleas eran finalizadas al instante. 

Sin dudas el arduo entrenamiento de Mas Oyama fue lo que lo llevó a alcanzar el gran nivel marcial que hace que aún hoy sea reconocido como uno de los mayores Maestros de Karate. Por lo que es bueno recordar una de sus grandes frases que en cierta forma definen su pensamiento sobre el entrenamiento.

“El Camino de las Artes Marciales comienza con mil días y es perfeccionado después de diez mil días de instrucción.”

domingo, 29 de agosto de 2021

KARATE KYOKUSHIN. 🇯🇵


 Hyung Yee nació el 27 de julio de 1923, en Kimje al suroeste de Corea; a unas 180 millas de Seúl. Hijo de Sun Hyung (terrateniente y alcalde del pueblo), tuvo una infancia feliz, recibió una buena educación y su padre lo incentivo a practicar deportes y entrenar Artes Marciales

Entrenó Chabee (combinación coreana de Jujitsu y Kempo) a los 9 años, Arte que le apasionaba más que los otros deportes que practicaba, como el montañismo. En esa época, un hombre que trabajaba con su padre, después de días de insistencia del pequeño Hyung Yee, accedió a enseñarle Boxeo Shaolín y Chabee. Entrenó con él durante 5 años. En 1937, Japón estaba en guerra con China. Hyung Yee cambió su nombre a Masutatsu Oyama y aprendió japonés. Escogió el nombre Oyama porque significa "montaña magnífica". Viajó a Japón para entrenarse como aviador. Continuó su entrenamiento en Artes Marciales, participando en Boxeo y también en Judo. 

Cierto día vio una demostración de Karate, la cual llamó su atención y enseguida comenzó a entrenar en el Dojo de Gichin Funakoshi (fundador del Karate Shotokan) en la Universidad Takushoku. Funakoshi enseguida se dio cuenta del potencial de Oyama, sus golpes eran muy fuertes, la potencia de Oyama era la combinación de entrenamiento, fuerza natural y manejo del Ki (energía vital proveniente de las energías físicas y mentales concentradas en el abdomen y que con un adecuado entrenamiento se puede manejar). Rápidamente se destacó entre los demás, a los 17 años recibió el segundo Dan de manos de Funakoshi. A los 20 años Oyama entra a la Armada Imperial Japonesa, ya siendo cuarto Dan. 

En Judo, Oyama también se destacaba ya que en poco tiempo alcanzó el cuarto Dan. En esta época, Oyama ingresó en el Butokakai (Academia de entrenamiento para el ejército imperial japonés), que se especializaba en la guerra anti-guerrilla, combate cuerpo a cuerpo y el espionaje. Estuvo en esta academia durante dos años que finalizó con la Segunda Guerra Mundial. Mas Oyama quedó profundamente afectado por la guerra y sus consecuencias en Japón, pero no dejó su entrenamiento y pasó a entrenar bajo la dirección del maestro So Nei Chu, que era coreano al igual que él, en Japón y experto en el estilo Goju Ryu. So Nei Chu, era alumno directo del fundador del Arte, el gran maestro Chojun Miyagi. El maestro So, al ver la gran fortaleza física y técnica de Oyama, lo incentivo a entrenar en las montañas, emprender un retiro espiritual que fortaleciera su alma y le permitiera controlar su gran fuerza. 

Mas Oyama, pasó 14 meses entrenando duramente en las montañas, llevando su resistencia física al límite y más allá, al punto de que llegó a desarrollar una fuerza física impresionante para un ser humano. En 1947, ya en Japón; decidió probar sus habilidades en el primer Campeonato Nacional de Artes Marciales, en el cual resultó ser el campeón. Aún así, no se sentía completo, pensaba que el aislamiento no había sido suficiente, por lo que decidió ir a la montaña Kiyozumi, en Chiba. Fue entonces que comenzó un entrenamiento más arduo aún del que realizaba antes, entrenando 12 horas diarias, todos los días; sin descanso. 

Rompía piedras, usaba como makiwara a los árboles, sus manos se convirtieron en armas tan fuertes que fácilmente podían quebrar huesos y machucar carne humana, parecían martillos, día a día se volvía más fuerte. Logró llevar su resistencia a niveles inhumanos y su potencia física era demasiada para un hombre. Ningún karateca contemporáneo de Oyama, había alcanzado su nivel físico ni su resistencia, su entrenamiento era demasiado duro. Aparte de entrenar su cuerpo, estudió el antiguo clásico en las Artes Marciales Zen, meditó debajo de las gélidas aguas de las cascadas, explorando distintos niveles de meditación y alcanzando una concentración asombrosa. Después de 18 meses, volvió a la sociedad, más fuerte que nunca, sobre todo de espíritu. 

Para demostrar su poder, Oyama se puso a prueba combatiendo contra toros, enfrentó en total a 52 toros, de los cuales 3 murieron a causa de los golpes y a 49 les arrancó los cuernos con su poderoso Shuto (golpe ejecutado con el filo de la mano). Las personas que presenciaron los enfrentamentos no podían creer lo veían, cuando Oyama llegó diciendo que quería enfrentarse a un toro, todos pensaban que estaba loco, que después de tanto tiempo solo en las montañas no se daba cuenta de lo que hacía. 

El maestro Oyama fue famoso por estos enfrentamientos, ya que hasta la fecha nadie a tenido coraje de repetirlos. En el año 1952, realizó una gira por Estados Unidos, realizando diversas exhibiciones en vivo, y presentándose en TV demostrando su Estilo de Karate, realizaba combates, Katas y rompimientos de piedras, botellas, bloques de hielo, etc.. En los años siguientes, fue desafiado por diversos luchadores, los combates no duraban más de tres minutos, sus golpes eran demasiado fuertes, nadie soportaba ni siquiera uno solo. 

También era conocido por sus potentes patadas a la cabeza que dejaban a cualquier oponente K.O., hasta sus bloqueos eran muy fuertes. Su único objetivo era ganar los combates, por eso daba el 100 % en cada enfrentamiento. En 1953, Mas Oyama abrió su primer Dojo en Mejiro, Tokio. En 1957, tenía 700 miembros a pesar del riguroso entrenamiento que provocaba el abandono de muchos. Muchos estudiantes de otros Estilos se acercaban a entrenar a su Dojo, ya que en él se entrenaba el combate con contacto total. Las lesiones eran comunes, de todo tipo ya que las reglas eran pocas, y era normal aplicar golpes de puño o pie a la cara, genitales o pecho. Se comenta que, los entrenamientos de Oyama llegaban a durar hasta 12 horas y siempre se mantenía la misma intensidad, el descanso no era una opción. 

Oyama siempre fue un maestro muy carismático, exigente y respetuoso de la tradición y las etiquetas dentro del Dojo, siempre luchando por superarse y mejorar su Karate. Son famosos mundialmente los campamentos de entrenamiento, organizados por el maestro Oyama, en los que se destacaba la dureza de los métodos de entrenamiento, el perfeccionamiento de la técnica y sobre todo la resistencia de los participantes, que era llevada al límite. 

El Maestro explicaba cada técnica detalladamente, tanto su ejecución como su aplicación, así como las ventajas y desventajas de la misma, presentaba las contras y las variaciones en diferentes situaciones. Estos campamentos se realizaban en las montañas, en la playa, bajo la nieve o en cualquier escenario natural elegido por Oyama, y los ejercicios eran variados, por ejemplo correr en la nieve, entrenar kumite en el mar, escalar montañas, golpear árboles, perfeccionar las posturas en terrenos irregulares, trepar árboles, etc. 

Actualmente, se siguen realizando los campamentos de entrenamiento en todo el mundo, manteniendo el verdadero espíritu del Kyokushinkai. El Estilo Kyokushin tambien se caracteriza por la prueba de 100 man kumite (kumite contra 100 hombres), en la que un practicante se enfrenta a 100 karatecas, uno a uno; sin descanso y a pleno contacto. Son pocos en el mundo que la han completado, muchos realizaron el 30 y 50 man kumite, que sin duda ya son duras pruebas. 

En el año 1975, Oyama publica en Japón el libro Essential Karate (Karate Esencial), en el cual plasma el entrenamiento y la técnica del Kyokushin, con gran variedad de fotos y explicaciones sencillas para practicantes de todos los niveles. El libro es muy completo, cuenta además con variantes de técnicas básicas, defensa personal, entrenamiento complementario, terminología, competencia, reglamento, jiyu kumite (combate libre), katas, rompimientos (tameshiwari),etc. 

Mas Oyama escribió 22 libros que han sido traducidos a 19 idiomas, donde refleja su entrenamiento, filosofía y forma de ver el Karate. El nombre Kyokushin, que significa "última verdad" se adoptó en el año 1964, el arte continuó su expansión por más de 120 países y tiene actualmente una de las organizaciones de Artes Marciales más grandes del mundo. 

En Abril de 1994, Mas Oyama falleció de cáncer de pulmón (no era fumador), dejando como legado para la humanidad, el Karate Kyokushinkai, uno de los Estilos de combate más duros del mundo.


sábado, 29 de mayo de 2021

MAKIWARA. (VIDEO E INFORMACIÓN) 👊🏼


 El Makiwara es uno de los aparatos de entrenamiento de Karate más primitivo y tradicional. Desde el origen de las Artes Marciales, los Maestros buscaron métodos complementarios para desarrollar sus habilidades marciales.

La estructura del Makiwara es bastante simple, se trata de una tabla de longitud variable según el practicante, que consta de una zona protegida por una almohadilla, en la parte superior de la tabla. La zona puede estar recubierta por rafia y en algunos casos tiene cuero grueso relleno de caucho. 

Las variantes se deben al entrenamiento y al nivel del practicante, de esta forma se determina también el grosor de la tabla y la madera que se emplea. Estas características son las que le proporcional al Makiwara su capacidad de absorción de los golpes, así como también su amortiguación.

El Makiwara jamás puede ser una tabla rígida que no ceda frente a los golpes, ya que su entrenamiento es progresivo y el tiempo de práctica es muy importante. Se dice que es imposible conocer el Karate sin haber utilizado el Makiwara en el entrenamiento. 

El Karate es el Arte de la mano vacía, no utiliza armas, el cuerpo y en particular las manos son las armas. Para convertirlas en armas, es necesario endurecerlas, acostumbrar los puños a hacer contacto contra zonas duras sin lastimarlos. Esa es la función principal del Makiwara, pero no la única; en el Makiwara se entrena la correcta ejecución de las técnicas, la precisión, potencia y se endurece el área del cuerpo que se utilizará como arma.

Mucha gente entrena Makiwara de forma errónea, como se mencionó antes su entrenamiento es progresivo, lleva tiempo y paciencia para obtener resultados visibles. Es común que los principiantes golpeen el Makiwara con miedo al principio o al revés, pero la idea es golpear sin perder la técnica, ya sea de puños o de piernas. 

Los extremos son peligrosos, golpear el Makiwara con miedo y poca potencia no dará resultados positivos al practicante y golpear con potencia excesiva dará como resultado una lesión y si se continúa este tipo de entrenamiento, el cuerpo no se acostumbrará.

Lo correcto en el empleo del Makiwara es golpear sin usa protecciones, al comienzo con una potencia media y utilizando el dolor como indicador de cuando es necesario parar, para empezar es recomendable ejecutar golpes de puño (Tsuki), con la práctica continua se puede perfeccionar cualquier técnica en el Makiwara.

Actualmente, es difícil entender el propósito del entrenamiento del Makiwara en el Karate en sus orígenes. Como surgió el Makiwara, la respuesta es sencilla, en la antigüedad; cuando el Karate se aplicaba en combates reales con más frecuencia, la preparación física y sobretodo técnica eran la diferencia entre la vida y la muerte. Comprender que combatir contra otra persona entrenada y dispuesta a matar, es lo que llevaba al karateca a estar lo mejor preparado posible para no poner en riesgo su vida.

Los beneficios que aporta el uso del Makiwara son muchos a pesar de que se trata de un aparato tan simple y rústico. La respiración y la concentración en cada golpe, la noción de distancia, la comprobación de la efectividad de cada golpe, la velocidad, la potencia, la precisión, el fortalecimiento de la base al golpear, el equilibrio, etc., son algunos de los tantos beneficios. 

El Makiwara es también el primer paso para aquel practicante que desea realizar Tameshiwari, que son los rompimientos de tablas, piedras, bloques de hielo, ladrillos, etc. Los Tameshiwari no son el fin del Karate, pero son una forma de demostrar varios atributos como potencia, concentración, dureza, velocidad; todo en función de la técnica.

El uso incorrecto del Makiwara lleva a diversos problemas físicos como lesiones articulares y musculares, deformación de las manos, pérdida de movilidad, degeneraciones óseas, etc. Este entrenamiento no se recomienda para menores de edad, y para mayores de edad es recomendable siempre con precaución, lo mejor es comenzar entrenando técnicas básicas y aplicables en combate, el dominio de la técnica es lo que hace a un practicante avanzar y convertirse en Maestro. El entrenamiento del Makiwara, bien dirigido; lo convierte en un aliado de por vida del karateca.